Vamos a comenzar a traer a la consciencia el poder de los colores

Vamos a comenzar a traer a la consciencia el poder de los colores. ¿Y cómo logramos eso? Comencemos primero con entenderlos desde su orígen. Aunque este Universo esté lleno de misterios y de completa sincronía, y los planetas sigan girando todos los días sin esfuerzo alrededor del sol, que es el elemento esencial para que podamos ver los colores, lo cierto es que hay generalidades o “leyes” que ayudan a explicar por qué un color se forma visualmente de un modo y por qué es que lo podemos distinguir. 

Los colores son, como todo lo que existe energía, ondas. Son luz, que al vibrar a diferentes frecuencias, llevan información que nuestros ojos y cerebro interpretan de manera automática. De hecho es un misterio como tenemos unas células llamadas fotosensibles que son las encargadas de tomar estas ondas de luz y convertirlas en una vision de color. 

Los seres humanos sólo alcanzamos a captar un diminuto espectro de los colores que existen. De hecho, según estudios recientes, nuestros ojos sólo pueden ver el 0.00035% de todo lo que hay. Como todo es perfecto en el Universo, la visión externa es una de las muchas maneras (quizá la menos eficiente) para conectar con el poder del color, y es por esto que en BeMonocromo no nos limitamos a que sea la única manera de percibir el potente efecto de estos increíbles elementos. 

En ese espectro electromagnético visible para nosotros existen colores de alta frecuencia, lo que implica que tienen una longitud de onda mucho más corta, como el violeta y el azul. Por otro lado, existen colores de menor frecuencia con una longitud de onda larga, como el rojo y el naranja. De hecho, el arcoiris es la formación de estas ondas en perfecto orden y sincronía, en donde no creo que a casi nadie le parezca que las tonalidades no casen entre sí. Todo lo contrario. Nos parece que el arco iris es pura magia.

En siguientes blogs les contaremos cómo esas frecuencias tienen su propia razón de ser, y cómo podemos comenzar a interactuar de una manera más intencional con esos regalos del Universo.

Abrazos,

Maria Clara V